En la mano de todos se encuentra la posibilidad de contribuir a la reducción del desperdicio alimentario, una ineficiencia económica y social cuyas cifras se están viendo disminuidas gracias a estrategias de concienciación en las que se implican no pocos agentes de la cadena alimentaria: distribuidores, mercas, administración, voluntarios, asociaciones… La aplicación de técnicas sencillas pero eficaces nos convierte en ciudadanos sin desperdicio abanderados por la conciencia de la colaboración y la defensa del alimento bien aprovechado.