Teniendo en cuenta el contexto de los últimos años, resulta evidente que cualquier empresa dedicada a la distribución o
venta de productos ha tenido que plantearse, en todo o en parte, una digitalización de su cadena de suministro. Los cambios experimentados
en el tratamiento de la información y la integración de actividades entre los distintos operadores se asocian a ganancias
de efectividad y reducción de costes.
La logística y la cadena de bloques, o blockchain, se han convertido en herramientas básicas en este nuevo marco de actividad de las
cadenas de suministro. Por un lado, la logística se encarga de la gestión de procesos que permiten el flujo de materiales e información,
tratando que se realicen todas las tareas de la forma más eficiente y aportando el mayor valor posible a los clientes y al resto de
miembros de la cadena. Mientras, la cadena de bloques opera como una base de datos que permite la gestión de activos, órdenes,
transacciones y datos adheridos a una red de forma secuencial y compartidos colaborativamente entre un conjunto de participantes
que preestablecen una serie de normas para el correcto funcionamiento de la relación. Por tanto, el objetivo que se plantea en este
artículo es poner en valor la capacidad que tiene la tecnología blockchain para aumentar la eficiencia en el sector logístico.