El sector de la alimentación infantil se enfrenta al desafío
del descenso del índice de natalidad junto con el decrecimiento
vegetativo de la población. Ante la dificultad de
crecer en términos de volumen, las empresas optan por la
innovación y la internacionalización de sus productos en
los mercados globales. La creciente participación de las
marcas del distribuidor en la comercialización de alimentos
infantiles provoca también una elevada presión en el
factor precio, además, los cambios sociales en la población
española desde el año 2008 han incidido directamente
en los hábitos alimenticios y han consolidado nuevas
pautas de comportamiento del consumidor en España.