Los formatos comerciales no sólo son lugares de compra, también se convierten en espacios de desarrollo económico, urbano, social y cultural. De forma concreta, el urbanismo comercial analiza la organización, diseño y gestión de los espacios urbanos destinados a la actividad comercial. Cada forma de venta proyecta sobre la ciudad sus características de superficie, surtido, servicios o localizaciones.
Conforme a este planteamiento general, este artículo trata de vincular la participación de los distintos formatos comerciales (supermercado, comercio especializado, mercados municipales, hipermercado, comercio electrónico) con posibles cambios en la configuración actual de las ciudades. Como resultado, los efectos del comercio sobre el urbanismo no cesan y la ciudad muestra su continua adaptación a los usos del espacio comercial.
Metodológicamente, la participación de cada formato en la distribución de la cesta de alimentos y bebidas consumidos por los hogares españoles (Paneles de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) sirve de base cuantitativa para encontrar una posible vinculación con las dinámicas urbanas.